domingo, 17 de abril de 2016

El señor de las moscas (1954) [libro]

Ficha bibliográfica:
Autor: William Golding
Título: El señor de las moscas
Traducción: Carmen Vergara
Ciudad: Barcelona
Editorial: Edhasa
Año: 2013
Págs.: 287
            “A consecuencia de un naufragio, una treintena de adolescentes se ven obligados a organizar su existencia en una isla desierta. Ésta es la situación que sirve de punto de partida de una sobrecogedora fábula moral sobre la condición humana.” (Cuarta de forros de mi edición).
            En esta ocasión escribo acerca del relato como tal de esta historia. Leí este libro casi a la par de la película; ya había leído más de tres cuartas partes libro cuando vi la adaptación cinematográfica, y hasta hace unos días terminé de leerlo. Como de costumbre, hay mucho que decir, así que ahí vamos…
            Respecto al estilo de Golding en Lord of flies me pareció muy ligero, aunque el libro entero es una alegoría a la corrupción de la condición humana, no se vale de figuras retóricas que compliquen la comprensión del texto; por eso mismo, es que es un libro muy digerible y fácil de leer.
            Como se menciona en la cuarta de forros, la historia de este libro se desarrolla en una isla en la que unos niños se ven obligados a sobrevivir sin adultos. Todo parece ideal al principio, los niños están felices de estar en un lugar sin adultos, en donde nadie los puede reprender. Sin embargo, con el paso del tiempo, esto deja de ser tan perfecto, pues se dan cuenta de que necesitan organizarse mejor, y de que no pueden ir por isla sin establecer ninguna regla.
Eligen a Ralph como líder ¿por qué? Ni siquiera ellos lo saben, y es aquí en donde Golding no ofrece la primera metáfora de la manipulación mediática presente durante la elección de un líder “Pero tenía Ralph […] tal aire de serenidad, que le hacía resaltar entre todos; esa su estatura y su atractivo” (Golding, 30) ¿Te suena? Pista: elecciones presidenciales en México en 2012.
Hay un elemento que está muy presente en la novela y ese es *redoble de tambores*… ¡La caracola ─¿mágica? No :(─! Y es que ésta aparece gracias a Piggy, y junto con Piggy desaparece. Para los niños es un símbolo sagrado, sin ella no pueden tener la palabra. Podríamos interpretarla como esa constante necesidad del hombre de tener algo que adorar: la religión. Y como sucede siempre  ─ por ejemplo, con la religión católica ─ con el tiempo también los niños dejan se sobrevalorar este particular objeto.
Pero también la caracola representa al gobierno (o incluso la educación misma), que termina por ser demasiado normativo, sordo y ciego las necesidades de los demás; es entonces cuando surge la anarquía, en El señor de las moscas representada por Jack y su grupo de cazadores, con la promesa de una vida mejor… Tampoco de este lado todo es perfecto: la inocencia de la infancia se ha perdido y se ve manchada de sangre (que sí era inocente).
Los personajes se pueden apreciar muchísimo mejor en la novela. Jack, que siempre se mostró salvaje, y que representa enteramente la pseudoanarquía; Ralph, que se está batiendo constantemente entre su lado salvaje y ese eterno anhelo de volver a casa, de volver a la civilización; Piggy, que parece ser el más racional (igual que en la película), pero también el más bulleado e ignorado por los demás, sin embargo este es un personaje que está muy lejos de ser mi favoritos: fastidia ─ como fastidian los adultos (¡Upss!)─.
Otra cosa que me pareció muy curiosa, es la repetición de los diálogos de Ralph. Como si sintiera impotencia de que nadie lo escucha, y a la vez tratando de convencerse a sí mismo de lo que dice: “¡Pero si os digo que no hay ninguna fiera!” (49) O como si buscara escuchar una respuesta diferente (más esperanzadora) “Cuando me encuentren, ¿qué van a hacer?” (267)
Y ya para finalizar ─aunque siempre quedan muchas cosas en el aire─, la desaparición de ese pequeño con una marca en la cara, cuyo nombre no sabemos. Me parece que es una de las mejores metáforas que nos ofrece el libro. No podría estar más clara: se vuelve un tema tabú, ese rostro no tiene nombre, y el líder pretende que lo olvides al instante. También se te hace conocido, ¿no?
En general, me pareció un muy buen libro. Personalmente, disfruto mucho de las distopías porque ─ lastimosamente ─ las podemos traer a nuestra época, a nuestro gobierno (no sólo en México), y El señor de las moscas no fue la excepción. Muestra una metamorfosis muy cruda y cruel, simplemente con el hecho de mostrar nuestra propia condición humana ya muy maleada, pero en un grupo de niños… Es impactante.

En fin, sí recomiendo este libro; pero es mi deber advertir que no es un libro para todos (por eso de que está medio fuertecillo). Yo le di 4/5 en Goodreads :) 

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